Bogotá, 19 de octubre de 2022
Muy buenas tardes a todas y todos.
Como muchos de ustedes saben es parte de nuestro trabajo dar seguimiento a la situación de defensores y defensoras de derechos humanos en Colombia y, en particular, a las violaciones que sufren por su labor de defensa de derechos humanos. Y con profundo dolor también damos seguimiento y monitoreamos los asesinatos que sufren defensores y defensoras
Por eso para la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos es un honor participar en la Edición número XI del Premio Nacional de Derechos Humanos, pero además lo hacemos con profunda admiración y gratitud porque nos corresponde ser testigos de su compromiso, de su entrega, de su resistencia y ellos nos llena de profunda humildad.
Por eso aprovecho esta oportunidad para saludar el trabajo valiente tanto de las personas y procesos nominados hoy, como de las personas defensoras que en todo el país trabajan por los derechos de sus comunidades.
Quisiera también reconocer el empeño y compromiso de Diakonía, de Act Iglesia Sueca y, por supuesto, de la Embajada de Suecia que cada año reconocen la labor de defensa de derechos humanos, con múltiples acciones, incluyendo este Premio.
Reconocemos que las personas defensoras de derechos humanos aportan con su labor al fortalecimiento de la democracia en el país, e impactan a toda la sociedad, a través de múltiples funciones: desde el litigio estratégico, que asegura la justicia para todas y todos; la defensa de los derechos de las mujeres, en búsqueda de la igualdad; la labor de las buscadoras de personas desaparecidas, que luchan por la verdad; y también de las personas defensoras de la tierra, del agua y del ambiente que velan por el futuro de los y las colombianas. Son Múltiples los ámbitos de la defensa de los derechos humanos, y todos requieren de profundo compromiso, coraje y esfuerzo.
La Oficina también aprecia que este Premio destaque y visibilice diferentes liderazgos, muchos de los cuales conocemos en terreno, y también, que este año en particular, la hermana Yolanda Cerón sea reconocida.
La hermana Yolanda fue una defensora de derechos humanos incansable en Tumaco y en el Pacífico nariñense, hasta que fue asesinado en el año 2001. Ella sigue siendo inspiración, al igual que todas las defensoras y defensores de derechos humanos que en medio de las dificultades y de los riesgos resistieron y resisten.
Desde la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos reiteramos nuestro compromiso para continuar acompañando a las personas defensoras de derechos humanos, monitorear su situación y contribuir a que puedan ejercer con mayor seguridad y libertad su derecho a defender derechos
Finalizo mi intervención con un gracias inmenso para cada una de las defensoras y defensores de derechos humanos, tanto para quienes recibirán hoy el Premio, como para quienes desde el territorio, muchas veces, de forma anónima, defienden derechos humanos.
Muchas gracias.