Agosto de 2022
En nombre de la Oficina en Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y de su representante Juliette De Rivero y de mis colegas aquí presentes presento un saludo muy cordial a cada una de las personas asistentes y a aquellas que nos acompañan de manera remota, particularmente a los comandantes de regiones y departamentos.
Esta es una ocasión en la que las palabras importan: Hablamos de transformación de la policía, no de reforma.
Pero tampoco es cualquier transformación la que se plantea: se trata de la transformación integral de la Policía Nacional en materia de derechos humanos. Esto es fundamental y como Oficina saludamos la voluntad política para acometer esta importante tarea.
La Policía Nacional desarrolla una función fundamental para que el Estado cumpla con sus obligaciones de derechos humanos de: garantizar derechos humanos, prevenir violaciones y proteger a la población.
En ese sentido, las recomendaciones, normas y estándares internacionales de DDHH deben ocupar un papel fundamental en la definición de la doctrina institucional de la Policía.
La incorporación de las normas y estándares de DDHH en la doctrina policial deberá incidir en el diseño de las directivas, reglamentos, órdenes operativas y otros instrumentos a través de los cuales la policía desarrolla su quehacer diario y perfila su relacionamiento con la población y con las comunidades.
Estamos hablando aquí de los estándares internacionales de DDHH relacionados con:
- el uso de la fuerza y de armas de fuego –incluso de aquellas armas calificadas de baja letalidad- que tienden a proteger el derecho a la vida;
- la gestión del ejercicio del derecho a la reunión pacífica expresado a través de la protesta;
- el manejo de las detenciones y del trato a las personas detenidas que garanticen el derecho a la libertad, a la dignidad e integridad personal, a la vida privada y al domicilio;
- la inclusión del enfoque de género y étnico en la labor policial que aseguren la aceptación de la diversidad y la no discriminación en el desarrollo de las funciones policiales, así como la protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, aspectos de absoluta relevancia en el quehacer policial y en su relacionamiento con las comunidades.
Por ello, en los procesos de selección y en los cursos de capacitación, actualización y ascenso, las materias de derechos humanos deben ocupar un lugar preponderante en el plan de estudios.
Pero para que los derechos humanos sean debidamente observados, incluso al interior de la institución, es necesario establecer no solo mecanismos de rendición de cuentas eficientes, expeditos, transparentes, apegados a los principios básicos del debido proceso y sujetos el escrutinio de la sociedad civil para sancionar a quienes transgredan estos derechos, sino también mecanismos de mando y control claros, explícitos y rigurosos que permitan prevenir que violaciones a los derechos humanos sean cometidas por miembros de la institución policial.
Se debe partir del principio, sustentado en estándares internacionales de DDHH, de que toda presunta violación a los derechos humanos cometida por miembros de la policía, debe ser investigada por la justicia ordinaria.
La policía, de acuerdo con los estándares internacionales de DDHH, es la institución llamada a garantizar el orden público y la gobernabilidad democrática. Por ello resulta consecuente su traslado a un ministerio de naturaleza civil, lo cual además contribuirá a dotar, sin duda alguna, de mayor transparencia a los procedimientos policiales.
Una policía respetuosa de los derechos humanos y de las comunidades, seguramente recibirá la confianza de la población, debiendo ser este el eje principal del trabajo de la policía. Por ello, garantizando el debido proceso en todas las fases de la investigación, deben evitarse los ascensos de aquellos oficiales investigados por presuntas violaciones de DDHH.
Finalmente, quisiera reiterar el compromiso de la Oficina para seguir trabajando en la transformación de la Policía Nacional, ahora conjuntamente con nuestros colegas del PNUD y con el valioso apoyo de INL.
Muchas gracias
